Unidad Pastoral de San Blas
Parroquia de la Candelaria
Día tercero del Estado de Alarma.
Lunes, 16 de marzo de 2020.
Buenos días, amigos, hermanos.
¿Cómo estamos de salud, de paz, de buen humor? ¿Estamos acompañados, con una fe serena y alegre? Mis mejores deseos para vosotros y unido a vuestra oración y esperanza.
El libro 2 Reyes 5, dice: «Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes.» Entonces Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño.»
Lo mismo nos puede pasar a nosotros. Lo prescrito para acabar con la pandemia del coronavirus, esta lepra del siglo XXI, es sencillo: Quédate en casa. Y parece, amigos, que lo vamos entendido. Demos gracias a Dios. Y, que pronto la mayoría nos veamos con nuestros cuerpos limpios como los de los niños. Trabajemos paciencia y colaboremos con todo nuestro apoyo y amor en las medidas que nos dan.
Y ahora vamos a rezar con el Salmo 41:
«Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío.
Tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.»
En tu enfermedad o tu debilidad, en tu apartamiento y silencio, siente cómo buscas hoy corrientes de agua, corrientes de salud y de sana respiración. Respira y ora. Ora y respira. Limpia tus pulmones, limpia tu mente, y llénala de la luz y de la verdad del amor a Dios y a tus hermanos. Siéntate unos minutos con la espalda recta y ora respirando.
Hoy el evangelio de Lucas 4, nos habla de Jesús: «Lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.» Eso mismo parece que nos sucediera a nosotros. El coronavirus nos empuja, nos constriñe, parece que nos va a tirar por un barranco, pero, como Jesús, también nosotros, con la fuerza de su Espíritu, nos zafaremos de él, nos liberaremos de su poder y volveremos renovados a vivir una vida nueva, más humana, diferente, más fraterna y amiga. Y ojalá que vivida con fe, como nos decía ayer el Papa desde Roma.
Reza hoy por las familias hacinadas en mini-viviendas o en habitaciones compartidas y de baja calidad, por los que se nos van, por los que están en la UCI, por los niños que se cansan de estar en casa, y por los trabajadores expuestos al coronavirus. Oremos por el personal sanitario, y por las fuerzas de seguridad que nos sirven con mesura y abnegación.
Pedimos de un modo especial por Agustina, en el Ramón y Cajal, en paliativos. Una mujer ejemplar en su entrega a los más desfavorecidos en nuestro barrio.
Os recuerdo que los mayores o enfermos que necesiten cualquier ayuda para hacer la compra, para ir al médico, o para cualquier urgencia, sólo tienen que pedirnos colaboración y allí estaremos. Os recuerdo mi teléfono: 626355701. Llamad.
Ya sois varios los que habéis recibido nuestra llamada telefónica para compartir los momentos que vamos viviendo. Es un gozo la comunicación con vosotros. Sabéis que Dios nos cuida con todo su amor. Si alguno recibís este comunicado y conocéis algún enfermo o persona mayor que le pueda hacer bien una llamada, comunicádnoslo. Gracias.
Pasad un buen día. Y reído. Alegres, orantes, solidarios y confiados.
Antonio García Rubio.