Por qué y para qué

Es apasionante poder seguir buscando juntos como hacer real y visible que en Él y con Él somos Uno. Una pluralidad y diversidad que nos permite beber unos de otros para alcanzar a casi contemplar la totalidad del rostro del Dios vivo, que ama la Vida y la quiere para todas sus criaturas.

Es un reto hoy en nuestra diócesis tan sumamente plural buscar juntos los medios, las formas y las herramientas, que nos permitan sentir que en verdad somos Uno, que nos necesitamos y complementamos, y que así nos puedan ver y exclamar: ¡¡¡mirad como se aman!!!

Realmente arde el corazón al creer que es posible y que lo podemos hacer si lo hacemos entre todos. Aunque tengamos que ir despacio para no separarnos ni perdernos, para que quepamos todos. Aunque tengamos que rectificar una y mil veces, porque nuestras palabras, o formas en ocasiones no hagan sentirse a todos en su casa, la casa del Padre.

Escuchando solo al Espíritu, el único que nos dará la forma y el cauce para que todos nos podamos sentar en la misma mesa, codo con codo a trabajar por el Reino desde el don de cada uno, pero sintiendo en el corazón que la raíz y la Fuente de donde mana es la misma.

 

  1. Sentido de la Comisión
  2. Papel de la Comisión
  3. Cómo qué es la Comunión 
  4. Decálogo del cardenal Osoro ante la Comisión
  5. Realidad de partida, rasgos y destinatarios
  6. Distintas miradas sobre la misión de la Comisión