¿QUÉ ES ESTO?

woman in black flare dress under water fountain
Foto por JoelValve en Unsplash

Nos encontramos ante un espacio que queremos, ante todo, que sea de Dios en todos y para todos.

No es un espacio de arte sino de espiritualidad y comunión desde el arte. No es un musical o multifestival, ni una celebración convocada por un fundador o líder de un carisma o movimiento determinado, ni un cajón de sastre donde todo cabe. No es tampoco una actividad concreta a la que luego hay que comprometerse y apuntarse o afiliarse.

Es un sencillo espacio diocesano abierto y transversal de Espiritualidad y Comunión Trinitaria, donde lo esencial no es el espacio en sí mismo, sino la trascendencia y dirección a donde apunta. Intenta pobremente “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión”, favoreciendo que se experimente realmente una verdadera espiritualidad de comunión (Juan Pablo II en NMI).

El arte será el cauce y la excusa de Dios para ofrecer gratuitamente lo que gratis hemos recibido. Arte anónimo y desapercibido, para crear una sola obra de arte: la que Dios quiere hacer de nosotros.

El arte es como la lanzadera que nos hace reconocernos como piezas de un puzzle, que revela un dibujo multicolor configurado por muchos colores y piezas diferentes, que se unen y complementan íntimamente para reflejar la riqueza de una Iglesia y de un mundo plural y unido. Y en este puzzle humano nadie puede faltar, ni quedar fuera, pues si fuese así, se quedaría incompleta la obra de Dios.

El arte pertenece al sistema del Don, gratuito y libre. El arte es el fundamento de toda sacramentalidad. Cuando algo no se puede poseer, se pinta; cuando algo no se puede besar, se hace melodía; cuando algo no se puede hablar, se danza; cuando algo no se puede resucitar, se hace verso. (Siro López)

Todo en oración, en alabanza continua, en búsqueda del Espíritu de Dios, que nos lleve en libertad a la unidad. Oración en el secreto del corazón de cada hombre y mujer, para convertirlo en instrumento de Dios.

Te pedimos, Padre, que nos dejemos mover por ti, como piezas que se pertenecen unas a otras, incompletas si no se unen.

Como miembros de un solo cuerpo, muerto si no está unido.

Como tripulantes de una barca, tu barca, que irá a la deriva si no vamos juntos.

Que nos encontremos unidos en ti, Señor, avanzando hacia un mismo amanecer.

 

 

%d