CONFERENCIA DE PRENSA PARA LA PRESENTACIÓN DE LOS DOCUMENTOS DEL SÍNODO

VATICAN NEWS (7/09/2021) Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano 

«Un Sínodo no es un parlamento. Un proceso sinodal no es un juego de partidos en el que quien tiene más fuerza condiciona y somete al otro». El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, aclara enseguida la perspectiva con la que se debe mirar el camino sinodal que desde la apertura, los próximos 9 y 10 de octubre, conducirá en 2023 a la asamblea de los obispos del mundo en el Vaticano. Un camino dividido en etapas, de tres años de duración, por voluntad del Papa, que ha querido fomentar la sinodalidad -tema del Sínodo- implicando a los fieles en primera persona en una fase de consulta que iniciará cada obispo en cada diócesis el domingo 17 de octubre, con una celebración en la catedral.

GRECH: EL ÉXITO DEL SÍNODO DEPENDE DE LA FASE DE CONSULTA

El éxito del Sínodo dependerá del éxito de la consulta», dijo Grech a Vatican News al margen de la conferencia en la Oficina de Prensa del Vaticano para la presentación del Documento Preparatorio y el Vademécum. «Mi llamamiento es a los obispos y a las Iglesias particulares para que organicen todo bien y den espacio para escuchar a todos. Quizá este Sínodo ayude a la Iglesia a entenderse mejor como Iglesia sinodal…».

Pero, sobre todo, «el Sínodo tendrá éxito o fracasará en la medida en que confiemos en el Espíritu Santo, a quien encomendamos nuestras opciones y nuestros procesos», dijo el cardenal Grech en la rueda de prensa, recordando la dimensión espiritual que, se espera, impregne todo el proceso. «Sin el Espíritu, incluso esta primera fase de consulta acabaría reduciéndose a una encuesta de opinión, forzando el sensus fidei en los mecanismos de la opinión pública». Es desde esta perspectiva, añadió el cardenal, que hay que mirar los temas que, ya en sínodos anteriores e incluso ahora, generan discusión como el derecho de las mujeres a votar en las asambleas. Esta cuestión fue planteada por varios periodistas en la Oficina de Prensa del Vaticano. De momento, esta discusión no se refiere a la fase de consulta que se iniciará el próximo mes, sino a la asamblea general que se celebrará en el Vaticano y que «es una expresión del Sínodo, pero no la única», según aclaró monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario del Sínodo de los Obispos. «Esta focalización en el voto -respondió el cardenal Grech- no me deja tranquilo porque no es el voto lo que cuenta, sino que el Sínodo es un proceso que involucra a todo el pueblo de Dios, que debe converger en un consenso, discerniendo juntos para llegar, si es posible, a esta armonía. El Espíritu Santo es armonía y puede ayudarnos a llegar a este consenso. Quizá algún día lleguemos a una solución y podamos prescindir de la votación». Grech añadió también que en el Sínodo que comenzará el 10 de octubre en las Iglesias locales («que ya es un Sínodo, no una preparación») «todos pueden y deben participar, hombres y mujeres, todo el pueblo de Dios… Todos tienen el espacio para contribuir a este nivel de discernimiento».

BECQUART: LAS MUJERES DEBEN SER ESCUCHADAS 

Sobre el tema de las mujeres, se pidió la opinión de las dos representantes femeninas de la mesa de oradores. En primer lugar, la hermana Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo, que desde su propia experiencia expresó su deseo de que las mujeres – «que forman parte del sensus fidei y del pueblo de Dios»- «puedan ser escuchadas y sean protagonistas del proceso sinodal». «Realmente creo que es un punto importante involucrar y escuchar a las mujeres», insistió la monja, reiterando el mensaje de que en el Sínodo «todos son bienvenidos». «Estamos reaprendiendo la sinodalidad, y la sinodalidad es un aprendizaje en la práctica», añadió. «El Sínodo es un proceso inédito, demuestra que la Iglesia quiere renovarse, ya que los Sínodos anteriores no tuvieron este tipo de fase diocesana».

WIJLENS: LLAMAMIENTO A LAS MUJERES PARA QUE HABLEN CON VALENTÍA

Por su parte, la profesora Myriam Wijlens, catedrática de Derecho Canónico de la Universidad de Erfurt (Alemania), animó a todas las mujeres a «hablar con valentía» y a «presentarse con sus esperanzas, miedos y penas y compartir lo que tengan que compartir». Ciertamente, hay «culturas muy diferentes», donde el papel de la mujer también es distinto, pero, dijo, con el Sínodo sobre la sinodalidad «estamos abriendo una puerta». Y lo estamos abriendo a «todo el mundo».

Este «todos» incluye también a los que actualmente están excluidos o en los márgenes. Estas personas deben encontrar en el Sínodo la oportunidad de expresarse, como reitera varias veces el Documento Preparatorio. La Iglesia no es sólo los que vienen a la iglesia, que llenan los primeros lugares», explicó Grech a nuestros micrófonos, «la Iglesia, como una madre, incluye a todos, incluso a los que no practican, incluso a los que han dejado la ‘institución’. Este es un llamado… Este Sínodo es una invitación a reunirnos y tratar de escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo. Y el Espíritu Santo no hace distinciones, puede comunicarse con todos’.

MARÍN: SE NECESITA UNA UNIDAD PLURIFORME 

Para Monseñor Marín se trata de lograr una «unidad pluriforme», expresión que desbarata cualquier lógica de «uniformismo» y dinámica de mayorías y minorías, sino que recuerda la variedad de carismas, voces, pensamientos. «El Sínodo demuestra la vitalidad y el dinamismo de una Iglesia inclusiva, participativa y orientada a la evangelización», señaló el prelado español, recordando las palabras de Juan XXIII: «La Iglesia no es un museo arqueológico». Monseñor Marín pidió también que la fase de consulta sea «real», es decir, que implique realmente a los fieles; «lo más amplia posible», por lo que se extienda a «todos los que quieran contribuir al bien común, no a las élites clericales»; «práctica y no teórica», cercana a las estructuras participativas de la Iglesia.

EL DOCUMENTO Y EL VADEMÉCUM SON UNA AYUDA, NO UNA IMPOSICIÓN

El documento preparatorio y el Vademécum pretenden ser un apoyo para construir este camino: «Ayudan y no condicionan, no son una imposición, sino que dejan abierta la posibilidad de interpretación a la luz de las distintas situaciones diocesanas». Y este es un punto fundamental a considerar, dadas las diferentes realidades que vive la Iglesia en los cinco continentes. A este respecto, el cardenal Grech recordó que «para poner de manifiesto la diversidad, se ha introducido una nueva etapa en este Sínodo: las reuniones sinodales continentales. Serán siete y cada una elaborará un documento final que servirá para componer el Instrumentum laboris de la asamblea de obispos».

VITALI: LA SINODALIDAD ES UNA DIMENSIÓN CONSTITUTIVA DE  LA IGLESIA

Dario Vitali, profesor de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana, también se refirió a la naturaleza de los documentos publicados hoy, describiendo los dos textos como «el clavo del que pende todo el cuadro». El documento no aborda todos los temas y no resuelve las cuestiones. Se trata de un mapa conceptual, que permite comprender los retos que planteará la 16ª Asamblea General del Sínodo». Vitali también reflexionó sobre la «sinodalidad constitutiva»: «Lo que esperamos del Espíritu es llegar a ser una Iglesia sinodal, para alcanzar esta meta, que es nueva pero siempre antigua, porque la dimensión sinodal es una dimensión constitutiva de la Iglesia, a la par que la jerárquica».