Publicado por Vatican News el 13.06.2024
“Mi esperanza –dijo- es que después de este Sínodo la sinodalidad pueda perdurar como una modalidad permanente de trabajo en la Iglesia, a todos los niveles, impregnando los corazones de todos, pastores y fieles, hasta convertirse en un “estilo eclesial” compartido. Pero para lograrlo es necesario que se produzca un cambio en cada uno de nosotros, una verdadera “conversión”. “
Debemos recordar –prosiguió el Papa- que el primero en reconocer la necesidad de la sinodalidad en la Iglesia latina fue Pablo VI. La Iglesia oriental había conservado la sinodalidad, pero la Iglesia latina la había perdido”.
«Lo más importante de este Sínodo sobre la sinodalidad no es la discusión de temas específicos», subrayó el Papa.
Ha iniciado un proceso sinodal en la Iglesia, en el que el debate se centra en la sinodalidad misma. La segunda Asamblea General de este proceso sinodal se celebrará en octubre en el Vaticano y el Papa tiene previsto publicar sus conclusiones en la primavera de 2025.
“Lo más importante de este Sínodo sobre la sinodalidad no es la discusión de temas específicos”, subrayó. “No, lo más importante es emprender un camino sinodal a nivel parroquial, diocesano y mundial”.
El protagonista del proceso sinodal es el Espíritu Santo, reiteró el Papa, subrayando la necesidad de superar las divisiones.
“¡Cuidado con la tentación de los círculos cerrados!… Son “recintos” en los que todos corremos el riesgo de quedar prisioneros… La sinodalidad, en cambio, nos pide mirar con magnanimidad más allá de las barreras, para ver la presencia de Dios y su acción también en personas que no conocemos, en nuevas propuestas pastorales, en territorios de misión inexplorados. Nos pide dejarnos conmover, incluso “herir”, por la voz, la experiencia y el sufrimiento de los demás: de nuestros hermanos creyentes y de todos los que nos rodean. Abiertos, con el corazón abierto”.
El Papa Francisco también dirigió una advertencia específica a los movimientos eclesiales: “Los movimientos eclesiales están hechos para servir, no para buscar intereses. Es triste cuando la gente se identifica con un movimiento particular como si fuera algo superior. Los movimientos de la Iglesia deben servir a la Iglesia, no son un mensaje en sí mismos. Están para servir”.