Por Tiziana Campisi y Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
Publicado por Vatican News el 16.09.2024
Los cardenales Grech y Hollerich, junto con el padre Costa y monseñor Battocchio, moderados por el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación Ruffini, han ilustrado hoy en la Sala de Prensa vaticana los detalles y actos de la asamblea del próximo mes de octubre. El programa incluye una celebración penitencial presidida por el Papa con los testimonios de tres víctimas de abusos, de la guerra y de la indiferencia ante las migraciones. Entre las novedades: cuatro foros abiertos al público.
El Sínodo es un tiempo de oración, «no una convención», sino «una asamblea eclesial que reza», un tiempo para escuchar la Palabra de Dios y el Espíritu y también una oportunidad para implorar el perdón de Dios por los pecados de la Iglesia. Así ha presentado hoy, 16 de septiembre, en rueda de prensa el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo, la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en Roma del 2 al 27 de octubre, recordando que el Papa Francisco, en la apertura del Camino Sinodal el 9 de octubre de 2021, subrayó que «el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo». En la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, presidente de la Comisión de Información del Sínodo, introdujo los discursos que ilustran la asamblea sinodal.
Retiro espiritual y vigilia penitencial
El cardenal Grech explicó que esta segunda y última sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, como la primera, «estará precedida por dos días de retiro espiritual», el 30 de septiembre y el 1 de octubre, en el Vaticano, dirigidos por las meditaciones del padre dominico Timothy Radcliffe y de la madre benedictina Ignazia Angelini, que animarán la oración durante los días del Sínodo, junto con el padre camaldulense Matteo Ferrari, encargado de las liturgias, y los monjes de Camaldoli. La novedad de este año será, al concluir el retiro, una vigilia penitencial en la tarde del martes 1 de octubre, en la Basílica de San Pedro, presidida por el Papa Francisco. Organizada por la Secretaría General del Sínodo y la diócesis de Roma, en colaboración con la Unión de Superiores Mayores (USG) y la Unión Internacional de Superiores Mayores (UISG), podrá seguirse a través de los medios de comunicación vaticanos y está abierta a todos, especialmente a los jóvenes, «porque es a ellos a quienes se confía el mensaje de la Iglesia», señaló el cardenal, y porque “los jóvenes sufren por nuestros pecados y por los pecados en la Iglesia”, añadió el relator general de la asamblea, el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo.
La celebración incluirá un momento para escuchar tres testimonios de personas que han sufrido el pecado del abuso; el pecado de la guerra; el pecado de la indiferencia ante el drama presente en el fenómeno creciente de todas las migraciones. Después tendrá lugar la confesión de algunos pecados para «reconocerse parte de aquellos que por omisión o acción se convierten en causa de sufrimiento, responsables del mal que sufren los inocentes e indefensos», precisó Grech. En particular, se confesará el pecado contra la paz; el pecado contra la creación, contra los pueblos indígenas, contra los migrantes; el pecado de los abusos; el pecado contra la mujer, la familia, los jóvenes; el pecado de la doctrina utilizada como piedra para ser arrojada; el pecado contra la pobreza; el pecado contra la sinodalidad / falta de escucha, comunión y participación de todos. Al final, el Papa dirigirá, en nombre de todos los fieles, una petición de perdón a Dios y a las hermanas y hermanos de toda la humanidad.
Oración ecuménica
A continuación se ofrecerá una oración ecuménica, junto con Francisco, los delegados fraternos participantes y otros representantes de Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Roma, que tendrá lugar la tarde del 11 de octubre, de nuevo en el Vaticano, en la Plaza de los Protomártires, donde, según la tradición, tuvo lugar el martirio de Pedro. La fecha pretende conmemorar la apertura, ese mismo día hace 62 años, del Concilio Vaticano II. Por último, el 21 de octubre habrá otra jornada de retiro espiritual con vistas al discernimiento sobre el borrador del Documento Final. Así, habrá «una alternancia de momentos de oración personal, de diálogo y comunión entre nosotros, comunión fraterna en la escucha y el amor mutuo, y comunión en la oración», subrayó el cardenal Grech, que también invitó a las comunidades religiosas, especialmente a las de vida contemplativa, y a todos los fieles a rezar «para que los miembros de la Asamblea sean dóciles a la voz del Espíritu Santo».
Cuatro foros abiertos a todos
Otra novedad serán cuatro foros teológico-pastorales abiertos a todos y también a los periodistas acreditados ante la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Dos tendrán lugar al mismo tiempo, el 9 de octubre, a las 18 horas, sobre «El Pueblo de Dios, sujeto de la misión», en el Aula de la Curia de los Jesuitas, y «El papel y la autoridad del Obispo en una Iglesia sinodal», en el Augustinianum, y los otros dos, también a la misma hora, a las 18 horas, el 16 de octubre, sobre «Las relaciones mutuas entre la Iglesia local y la Iglesia universal», en el Aula de la Curia de los jesuitas, y sobre «El ejercicio del primado y el Sínodo de los Obispos», en el Augustinianum. Cada foro abordará un tema relevante desde el punto de vista eclesiológico, relacionado con los contenidos del Instrumentum laboris, precisó monseñor Riccardo Battocchio, secretario especial de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, y contará con la participación de teólogos, canonistas, obispos, personas implicadas también en asambleas de obispos, con las que se podrá dialogar. Los foros también estarán disponibles en línea bajo demanda. «La asamblea se abre al exterior sabiendo que los temas interesan también a quienes quieren tener información, no sólo sobre la dinámica y lo que ocurre en la Sesión, sino sobre lo que en ella se trata», dijo Battocchio.
Los números del Sínodo
Quien comunicó los números de la segunda sesión del Sínodo fue el cardenal Hollerich, quien dijo de la lista de participantes que «no presenta grandes cambios» respecto a la de la Primera Sesión. En total, los miembros, es decir, los que tienen derecho a voto, «son 368, de los cuales 272 están investidos del munus episcopale y 96 son no obispos». Ha habido 26 cambios, en su mayoría sustituciones, los Invitados Especiales son 8 y los delegados fraternos, otra novedad, han pasado de 12 a 16: «El Papa Francisco nos ha permitido aumentar su número dado el gran interés que las Iglesias hermanas han mostrado en este camino sinodal». A continuación, el cardenal Grech confirmó la presencia de dos obispos de China, como el año pasado: «La Secretaría de Estado nos ha comunicado los nombres, no tenemos otra información». Por otro lado, sobre la sustitución de los nombres de algunos participantes, explicó que el cambio se produjo a petición de los propios participantes: «Algunos por motivos de salud, otros decidieron no volver, en ningún caso el Papa excluyó a nadie».
Por su parte, el padre Giacomo Costa, secretario especial de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, entró en el meollo de los trabajos, aclarando que la segunda sesión deberá «indicar los pasos a seguir» en relación con los temas propuestos por el Instrumentum laboris, teniendo en cuenta la «concreción» y la «variedad de los contextos locales» y la «riqueza de las experiencias sinodales ya en curso». La Asamblea sinodal trabajará sobre la base de «cinco Módulos, cada uno de los cuales tendrá sesiones alternas en la Asamblea Plenaria (llamadas Congregaciones Generales) y en Grupos de Trabajo (Circuli minores)». Cada uno de los cuatro primeros Módulos tendrá «un enfoque temático específico, consistente en una Sección del Instrumentum laboris». Treinta y seis grupos de trabajo se dividirán en cinco Mesas Lingüísticas; su trabajo, como en la sesión de 2023, «se estructurará según el método de la conversación en el Espíritu», con un facilitador experto que ayudará «a la conversación desde un punto de vista metodológico sin entrar en los contenidos». Cada Mesa Lingüística preparará un breve resumen que se presentará en la próxima Congregación General.
Comunicación
En videoconferencia, Sheila Pires, secretaria de la Comisión de Información, informó a los periodistas de la logística y enumeró algunos actos del calendario. «En cuanto a la comunicación, la segunda sesión tendrá un ritmo diferente a la primera: menos plenarias, más pausas para la reflexión, la oración y el discernimiento», señaló. Ruffini, por su parte, recordó que, según el artículo 24 del Reglamento del Sínodo, «cada uno de los participantes está obligado a la confidencialidad», con el fin de «proteger el libre discernimiento de todos y cada uno», y de «hacer una pausa en el barullo en el que todos estamos inmersos y evitar el estereotipo del vaivén». Se trata de un método que, según Ruffini, recordando las palabras del Papa el año pasado, «puede ayudar al mundo, no sólo a la Iglesia, en tantos frentes y en tantos temas», como las guerras. El método consiste en pararse a escucharse y comprenderse.
Los pecados que causan dolor
Los periodistas formularon numerosas preguntas sobre la vigilia penitencial en la que se llamará por su nombre a «los pecados que suscitan dolor y vergüenza»: desde los abusos a las críticas a la sinodalidad. «¿Cómo encajan dos cosas así?», preguntó un reportero. «Cuando me confieso -respondió Hollerich-, tengo muchos pecados diferentes: unos más graves, otros menos. Pero es mi realidad la que está en juego…. Lo mismo ocurre con nuestro acto penitencial: hay cosas diferentes, pero es la misma Iglesia la que ha experimentado estos déficits y hace sufrir a la gente».
Interacción con los grupos de estudio
También se plantearon varias preguntas sobre la interacción entre los diez Grupos de Estudio, creados por el Papa el pasado mes de marzo para profundizar en diez temas, y la Asamblea sinodal. ¿Los temas analizados por los diez Grupos quedarán excluidos de los debates en el aula? «No están excluidos», responde Grech. Los grupos comunicarán «lo que están haciendo, cuál es su plan de acción, cómo piensan profundizar en estos temas. Luego se entregarán los resultados al Papa». Pero entonces, por ejemplo -preguntó otro periodista-, ¿entrarán o no en este Sínodo el acceso de las mujeres al ministerio ordenado o las cuestiones morales, temas no incluidos en el Instrumentum Laboris? «La asamblea ya ha sido escuchada, se han hecho peticiones y el Papa ha dicho: estos diez temas los tomaré y los confiaré a personas que puedan ayudarme a proponer algo a la Iglesia», respondió el cardenal. El objetivo del Sínodo, reiteró, «es cómo ser una Iglesia sinodal en misión. No se trata de dejar de lado, sino de ayudar a la Iglesia a dar un paso adelante».
Los frutos del camino sinodal
Por último, a la pregunta de «cómo quiere ser recordado en este Sínodo», el cardenal Hollerich dijo que quería ser recordado como un «servidor del Sínodo» y dejar a un lado opiniones y convicciones para responder sólo a la misión del Papa. Para Grech, en cambio, no hace falta esperar muchos años más: los frutos ya se pueden apreciar ahora. «Esta misma mañana hemos tenido la visita ad limina de los obispos de Corea, y escuchar a los obispos hablar de cómo las comunidades se esfuerzan por convertirse en comunidades sinodales es un motivo de agradecimiento al Señor y me da fuerzas para seguir adelante». El reciente viaje del Papa al Sudeste Asiático y Oceanía, se hizo eco el Prefecto Ruffini, también mostró «cómo la Iglesia sinodal está viva en lugares tan distantes».