Por Antonio García Rubio
Coordinador de la Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial
Queridos hermanos:
De nuevo nos preparamos estos días para vivir un año más el DOMINGO POR LA COMUNIÓN.
Es un privilegio que se nos haya propuesto y despertado semejante vocación por el TODO.
Aquí todo tiene referencias a la Trinidad, a los Santos, a la Iglesia y a la humanidad entera.
Y lo podemos vivir con un corazón nuevo y unificado por el Espíritu.
La Comunión es un don del Abba, que nos da la oportunidad de ser testigos de lo que nos espera
y de aquello por lo que merece la pena entregar la vida entera.
Nos encontramos rodeados de flaquezas, intimidaciones, y fragilidades que nos dificultan la unidad y la paz.
Pero no importa, Él lo dió todo.
Ahora nos toca a nosotros. No tengamos duda alguna con esta increíble vocación.
Gocemos de este Domingo, junto a nuestro Pastor, nuestra Diócesis y junto al Pueblo de Dios, que nos acompañará en la eucaristía y a través de televisor.
Y oremos con todos ellos, para que la gracia de la Comunión se derrame sin rubor sobre nuestra pequeñez y pobreza,
pues todos somos amados y llamados a vivir en comunión fraterna.
Tenemos un día grande y lleno de belleza.
Saquemos fuerza y luz de este Domingo especial, para que el trabajo que nos queda pendiente durante todo el curso,
sea una llamada constante a vivir con paz todas las diversidades
y trabajar con empeño la llamada a mantener vivo y reluciente el rostro de la Comunión
que, a veces, aparece gravemente deteriorado.
El Señor nos asista, y asista a toda esta Iglesia Diocesana,
para que la presencia del Amor de Dios sea efectiva y ejemplar para todos
y especialmente para aquellos a los que les cuesta más entrar en Comunión.
Todos somos necesarios para completar el Plan de Dios, su Reino de Comunión.
Y, por último, contaremos con el empuje de Nuestra Señora del Pilar.
Será maravilloso.
Damos gracias a la Parroquia del Pilar, al Cardenal, y a TVE.
Mucho ánimo, fe y alegría para todos nosotros.