El día 25 de octubre de 2017, la sede del Arzobispado de Madrid acogió, de forma oficial, la creación de la Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial. Esta delegación, constituida inicialmente por un grupo de diez miembros elegidos por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, vio la luz después de dos largos años de «gestación orante y discernimiento permanente».
Palabras del cardenal arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro, en la reunión constituyente de la Comisión por la Comunión del 25 de Octubre de 2017
«Acojo con gran esperanza y tengo mucha ilusión en esta comisión que hoy inicia su andadura. La Iglesia nunca sería creíble sin asumir la comunión. Es parte de mi misión y es una gracia de Dios para mí que haya personas que quieren vivirlo. Es necesario para esto ser pobre. Se trata de ver la belleza del otro. La Iglesia, como Cristo, es misión y comunión. Solo hay misión si existe comunión y comunión si hay misión. Poner la vida en ello porque la comunión urge. Sé que no es fácil esta tarea. En la diócesis hay muchas instituciones, consejos pastorales, equipos de trabajo… Esta mesa por la comunión está llamada a impregnar a todas estas estructuras diocesanas. Si no irradia de comunión la vida de la diócesis, no estaría haciendo su papel».
Palabras de D. José Luis Segovia (Vicario Episcopal de Pastoral Social e Innovación)
«Haciendo una historia breve personal, hace dos años y medio me pidió el Cardenal que fuera a un encuentro con él, con un grupo que se estaba formando (encuentro del 6 de julio de 2015 en el Seminario diocesano con más de 20 realidades eclesiales), pero no me explicó nada más. Tardé un cierto tiempo hasta darme cuenta de la dimensión y trascendencia del tema que nos convocaba: algo tan elemental y sencillo del Evangelio como era llevar a cabo “el ideal de la Comunión dentro de la Iglesia”. La Comunión no tanto como tarea, sino como rasgo constitutivo de ser Iglesia, “Que sean Uno para que el mundo crea”. Ser Uno es una dimensión constitutiva de la Iglesia. Cuando no somos Uno, no solo no resultamos creíbles ante el mundo, sino que tampoco estamos siendo Iglesia.”
Después de estos dos años y medio de andadura, animado por “el grupo promotor (Ubuntu)” que ha estado detrás empujando toda esta historia, al final ha sido asumido como una realidad que desborda al grupo promotor y que propiamente se convierte de la Iglesia Diocesana y que “asume cordialmente el Cardenal Arzobispo de Madrid”, que es el ministro que expresa en su persona la comunión eclesial.
¡O somos Uno o estamos haciendo “el indio”! Durante este tiempo hemos estado reuniéndonos, celebrando vigilias de oración y encuentros con diferentes carismas, de los que muchos de vosotros habéis participado: orar ante la Palabra, sentirnos convocados y escuchar lo que cada uno compartía.
Aquí “no estamos nadie como representante de nada”, esto no es un parlamento. En la diócesis hay otras muchas sensibilidades eclesiales diferentes a las de los que estamos aquí presentes y seguro que más santas y buenas. Lo que nos congrega no es el venir en nombre de nada ni nadie sino “una pasión por hacer viva y por vehicular la Comunión” dentro de la Diócesis de Madrid.
Agradezco un montón por una parte, al grupo promotor que inició todo esto, y por otra, a los que os habéis ido incorporando, y que habéis hecho posible, lo que el Cardenal hace poco ha rubricado instituyendo la Comisión de la Comunión eclesial (formada por todos nosotros), dándole por tanto un formato de visibilidad oficial dentro de la Diócesis, ya que hasta ahora era algo más experimental, como una especie de experiencia piloto más sencilla y discreta, pero que desde ahora el Cardenal quiere que se visibilice más. De hecho, la necesidad de la comunión y más en concreto poner en marcha esta Comisión por la Comunión como un medio a tener muy en cuenta, aparece propuesta ya en las líneas conclusivas del Plan Pastoral Diocesano y del Plan Diocesano de Evangelización (PDE).
Quería daros las gracias, “animarme y animaros” a que hagamos posible la Comunión que necesita tantísimo el mundo, en un momento de tanta crispación, radicalismos, escisión y división. El que haya un espacio en la Iglesia donde podamos converger realidades aparentemente divergentes, tiene una riqueza “en sí mismo”, y que además es una rica aportación, no tan solo a la Iglesia sino al mundo. Decir, ¡Caray que podemos ser muy distintos y sin embargo podemos entendernos, podemos ser amigos y además hermanos, que es lo que añade nuestra fe cristiana!
Este espacio tiene mucho que decir, es “un elemento provocativo” que puede llevar a muchos a exclamar: ¡mirad que distintos son y como se quieren! Que esto no sea una farsa o algo retórico que hay que hacer, sino de verdad que lleguemos a esa amistad y a ese cariño mutuo, que es lo que posibilita seguir creciendo.
Que el Espíritu de Dios nos guíe en los pasos que vayamos ir dando para crecer. Repito, ya “en sí misma” esta Comisión es algo bonito y valioso y un “signo de unidad” que se cristaliza hoy en este espacio formado por todos vosotros como realidades con rostros e historias distintas. No es una Comisión de tareas para hacer sino para IR SIENDO, y luego, desde aquí, vendrán las propuestas. “Antes que hacer hay que Ser”»
Comunicado para dar a conocer la constitución de la Comisión.
La constitución de la Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial en diferentes medios de comunicación.