Cuál es el papel de la Comisión

La Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial intenta humildemente cultivar y recomponer los ESPACIOS de comunión a todos los niveles en el entramado de la vida diocesana: “Los espacios de comunión  han de ser cultivados y ampliados día a día, a todos los niveles, en el entramado de la vida de cada Iglesia” (NMI 45); priorizar y promover la Espiritualidad de la Comunión y la participación” y explorar el cómo responder a ese gran desafío –que nos retó Juan Pablo II en su carta N.M.I. y que ha asumido también el papa Francisco- de hacer “de la Iglesia la Casa y Escuela de la Comunión y la Participación”. Y así  impregnar de alma y vida a todas las estructuras y realidades diocesanas, trascendiendo y superando con misericordia todas las posibles máscaras de comunión.

 

1º PRIORIZAR la “Espiritualidad de la Comunión” (Juan Pablo II) y la “Participación  en el Compartir” poniendo en común los dones (Papa Francisco).

2º RECOMPONER la Unidad Creativa del Cuerpo de Cristo, ante la realidad de un cuerpo muchas veces desmembrado, disperso, desparramado y autorreferenciado.

3º EXPLORAR y AMPLIAR losEspacios de comunión” que tejan redes invisibles y puentes transitables para todos.

4º PROMOVER  el despertar a una “Nueva Conciencia creativa y apasionada por la Diversidad Reconciliada y por la Comunión Trinitaria y Misionera”.

5º SENTIR Y VIVIR la gran estima por la pluralidad y las diferencias como Fuerza y Riqueza que nos armoniza, complementa, enriquece y une. En la diversidad está nuestra fuerza.

6º MANIFESTAR Y VISIBILIZAR con trasparencia la identidad común de la Iglesia, como “Casa y Escuela de la Comunión”, en todos los niveles y ámbitos del entramado de la vida diocesana. Y hacerlo “Entre Todos, Con Todos y Para Todos “ (lema Plan Diocesano de Evangelización).

7º CULTIVAR el arte de armonizar y abrazar las diferencias aprendiendo a:

  1. Convertir lo diferente en complementario.
  2. Transformar lo distinto en experiencia de riqueza, armonía, belleza y crecimiento.
  3. Vivir y experimentar la diversidad -no como amenaza para la unidad- sino como su fortaleza, impulso, movimiento y fuerza.

 

Vamos creciendo en comunión en la medida que van desapareciendo los intereses propios, la necesidad de tener razón, de convencer, de defender a ultranza mi postura y visión… y van emergiendo de forma natural la GRATUIDAD, la HUMILDAD y la necesidad de ESCUCHAR, RESPETAR, APRENDER, COMPRENDER, CONOCER, INCORPORAR, SERVIR… a los que son distintos o diferentes.