Reflexiones desde San Blas en tiempos de cuarentena – Día 23º

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Unidad Pastoral de San Blas
Parroquia de la Candelaria

Día vigésimo tercero. Estado de Alarma.
Domingo de Ramos, 5 de abril de 2020.

 

Amigos.

«Al que no estrena algo en el Domingo de Ramos, le cortan las manos», nos decían cuando éramos pequeños. Y algo estrenábamos, aunque fuera un Jersey rehecho de lanas de otros jerséis usados. Qué alegría, qué ilusión y qué creatividad reinventada la de aquellas pobres y felices infancias.

Hoy es DOMINGO DE RAMOS.

Me preguntaba, ahora que hemos de seguir los cultos por la televisión, que no podemos lucir nuestros estrenos, ya que no vamos a poder participar en las procesiones con los ramos:

¿Qué voy a poder estrenar, sin embargo, para todos vosotros?

Y me he dicho: ya sé que voy a estrenar, ya sé lo que les voy a regalar a todos mis amigos y hermanos.

Les regalaré una sonrisa confiada, y la mantendré durante todo el día. Esa sonrisa mantenida durante las horas del día, será mi estreno en este Domingo de Ramos de la pandemia. Y esa sonrisa estrenada aunque invisible para vosotros será mi ramo de olivo, mi procesión compartida, mis cantos de alabanza al Señor, mi escucha apasionada de la Pasión de Señor, mi silencio orante, mi comunión abierta a todos, y mi abrazo de paz.

Y, además, hoy no comeré solo, estaré sentado en una mesa inmensa comiendo con todos vosotros. Será una comida llena de sonrisas esperanzadas. Y de torrijas exquisitas. Y luego, sonriendo sin parar, poniendo buena cara al presente debilitado que vivimos, jugaré con vosotros un parchís monumental en el que ganará la partida el que la pierda, pues siempre podrá empezar de nuevo. Tal y como nos enseña el Maestro al que contemplamos en el misterio de su entrega de amor. Lo perdió todo, para que nosotros lo tuviéramos todo.

Por eso, no dejaremos de mantener vivo el estreno de una nueva sonrisa. A ello os invito. Estrenad sonrisa y regaládsela a vuestra familia y dádsela al viento para que esta tarde la lleve a todos los balcones, y desde allí, a todos los corazones que se entregan por amor, como Cristo Jesús. «Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.»

Y hoy no os digo nada más. Os envío también, a todos los que recibís mis palabras en estos días de cuarentena, la homilía dominical que comparto desde ha más de cuatro años con otros hermanos. Que os ayude la Palabra de Dios del domingo de Ramos, junto a tantos otros escritos maravillosos que recibimos.

Y estrenad esa nueva y bella sonrisa, que nos recuerde a todos la Pascua hacia la que caminamos. Resucitemos con Él y vivamos con Él, con el estreno de nuestras sonrisas. Paz.

Padrenuestro…
Ave María…

Antonio García Rubio.

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