
Es preciso no tener metas que nos frustren. Ir libres, sencillos como palomas, limpios de corazón,
hacia una nueva comunidad de hermanos diferentes, un futuro de Dios.

Es preciso no tener metas que nos frustren. Ir libres, sencillos como palomas, limpios de corazón,
hacia una nueva comunidad de hermanos diferentes, un futuro de Dios.